El comercio electrónico no deja de crecer y, con él, las expectativas de los consumidores. Hoy en día, ya no basta con ofrecer un producto de calidad o un buen precio; la rapidez en la entrega se ha convertido en un factor decisivo para la fidelidad del cliente. Han surgido los microfulfillment centers (MFCs) como una de las soluciones más innovadoras y disruptivas de la última década. Estas
instalaciones compactas y tecnológicamente avanzadas están redefiniendo la cadena de suministro, acercando el inventario a los consumidores y permitiendo que las entregas se realicen en cuestión de horas.
¿Qué son los micro fulfillment centers?

A diferencia de los grandes centros de distribución ubicados en zonas periféricas, los microfulfillment centers son espacios pequeños, automatizados y estratégicamente situados dentro de las ciudades o muy cerca de los consumidores finales. Generalmente, operan en áreas de entre 500 y 5,000 metros cuadrados y se apoyan en robots, sistemas de clasificación inteligentes y software de gestión en tiempo real.
Su principal propósito es acortar la “última milla”, esa etapa final de la entrega que suele ser la más costosa y compleja de la logística. Al reducir la distancia entre el producto y el cliente, los MFCs permiten entregas ultrarrápidas que responden a las nuevas demandas del comercio electrónico y del sector retail.
Cómo están transformando las entregas rápidas
- Mayor eficiencia en la última milla: al estar más cerca de los consumidores, los tiempos de entrega se reducen drásticamente, y también los costos operativos asociados al transporte.
- Disponibilidad de inventario en tiempo real: los sistemas integrados permiten saber qué productos están en stock, evitando promesas incumplidas.
- Personalización de servicios: gracias a su cercanía, algunos MFCs permiten opciones como entrega en dos horas, lockers inteligentes o recolección en tienda (click & collect).
- Reducción del impacto ambiental: menos kilómetros recorridos significan menor huella de carbono, lo que conecta con las crecientes demandas de sostenibilidad.
Startups latinoamericanas como Jüsto en México han comenzado a experimentar con modelos híbridos que combinan dark stores y microfulfillment.
Estos ejemplos muestran que no se trata de una tendencia pasajera, sino de un cambio estructural en la forma de concebir la logística.
Retos y limitaciones
- Altos costos iniciales de automatización y renta en zonas urbanas.
- Necesidad de infraestructura tecnológica avanzada para gestionar pedidos en tiempo real.
- Complejidad operativa al coordinar múltiples centros en diferentes zonas de la ciudad.
- Resistencia de algunos mercados donde la demanda de entregas ultrarrápidas aún no justifica la inversión.
Perspectivas a futuro
Todo indica que los MFCs seguirán expandiéndose y evolucionando. Se prevé que en los próximos años surjan modelos híbridos donde los supermercados, farmacias y tiendas de conveniencia integren espacios de microfulfillment dentro de sus instalaciones. Además, la inteligencia artificial permitirá anticipar la demanda y posicionar el inventario justo en los lugares donde se necesitará.
Los microfulfillment representan una verdadera transformación en la forma en que entendemos las entregas rápidas. Si bien no sustituyen a los grandes centros de distribución, se convierten en un aliado estratégico para las empresas que buscan competir en un mercado donde el tiempo es oro.
Su auge responde a una nueva realidad: el consumidor actual quiere todo aquí y ahora, y las empresas que logren satisfacer esa expectativa sin sacrificar costos ni sostenibilidad tendrán una ventaja decisiva.

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